La busqueda del adbomen plano

El concepto de un abdomen bello ha variado con el tiempo. Las culturas precolombinas definían en sus estatuas enormes vientres a fin de rendirle homenaje a la fertilidad. Con el tiempo los estómagos protuberantes siguieron en la batuta. Los famosos desnudos de Rubens, la venus de Botticelli, las mujeres de Renoir, todos ellos detallaron en los cuerpos femeninos un vientre redondo como símbolo de suprema belleza. 

Pero hoy en día la tendencia es exhibirlo y por tanto, es preciso contar con un estómago plano e incluso bien marcado, pues tener una figura contorneada con las “curvas donde deben estar” es el sueño estetico de algunas personas; sin embargo, poseer un vientre definido es un trabajo que cuesta, pues se requiere esfuerzo, disciplina y constancia para lograrlo.

Teniendo en cuenta lo anterior, la forma externa del abdomen depende de los siguientes factores: pared muscular, cantidad de tejido graso o adiposo y elasticidad de la piel. Sobre los tres factores anteriores influyen factores genéticos o hereditarios y factores externos o ambientales que pueden controlarse y modificarse como por ejemplo: los embarazos, el sedentarismo, el sobrepeso y el paso del tiempo o envejecimiento constituyen las causas más frecuentes.

La constitución anatómica del abdomen tiende a acumular grasa. Este depósito de grasa es diferente según los sexos. Las mujeres tienden a acumular grasa entre la piel y la pared muscular, sobretodo en la zona comprendida entre el pubis y el ombligo. En el hombre, por el contrario, la grasa se deposita profundamente en la cavidad abdominal rodeando órganos tales como el estómago e intestinos. Esta distribución de la grasa abdominal por sexos es fácilmente apreciable ya que en las mujeres se ve el típico bulto entre el pubis el ombligo que puede acompañarse de distensión muscular y flacidez cutánea. En el hombre el depósito intrabdominal o visceral de la grasa determina el típico vientre globoso de “bebedor de cerveza” que nace a nivel del esternón y cuyas posibilidades de mejoría a través de la cirugía son prácticamente nulas.  La piel y la pared muscular participan en la configuración del aspecto del abdomen. En condiciones como embarazos, sobrepeso, envejecimiento y falta de ejercicio físico, se producen distensiones de estas dos estructuras haciendo que se pierda elasticidad cutánea y tono muscular, conduciendo a la formación de un vientre distendido y flácido.

La grasa que se acumula debajo de la piel del abdomen es más resistente a los regímenes de adelgazamiento que en otras zonas corporales. Por ello, si se pierde peso mejora la figura globalmente pero las zonas de mayor acumulo graso persisten y por tanto también la deformidad.

Para tratar de evitar la aparición de un abdomen que nos acompleje las principales medidas de prevención son:

1) Ejercicio físico o deporte periódico: no solo para ayudar a mantener un peso ideal sino también ejercicios específicos para fortalecer los músculos abdominales.

2) Masaje de la piel: los masajes corporales actúan sobre el sistema circulatorio y sistema linfático mejorando la textura y tono cutáneo.

3) Alimentación equilibrada y sana, manteniendo el peso ideal y evitando grandes variaciones de peso.

4) Tratamientos dermocosméticos: como cremas hidratantes y reafirmantes que asociadas al masaje ayudan a mantener las cualidades de la piel.

Cuando las medidas preventivas no llegan a tiempo, la cirugía plástica se convierte en la única alternativa para mejorar el abdomen. La finalidad de la cirugía es eliminar el exceso de piel, los depósitos de grasa y reparar la distensión de los músculos abdominales.

1) Liposuccion de abdomen: Es un procedimiento quirúrgico destinado a lipomodelar y esculpir el cuerpo del paciente eliminando tejido adiposo localizado en diferentes zonas que desarmonizan su silueta. Lo mas importante es saber que no esta indicada en todos los casos, los candidatos son personas que: presentan adiposidad localizada que se resiste a desaparecer con la práctica regular de ejercicio y el seguimiento de una dieta equilibrada; o pese a estar dentro de su peso ideal, tienen depósitos de grasa en áreas definidas que desarmonizan su figura.

2) Abdominoplastia: Es un procedimiento quirurgico utilizado en los casos con gran exceso de piel y flacidez muscular con o sin acumulación grasa; la liposucción solo conseguiría agravar el problema, dejando un abdomen totalmente arrugado. La solución en este momento pasa por someterse a una abdominoplastia que es una especie de “lifting” del abdomen para mejorar su aspecto, tensando los músculos y resecando el sobrante de piel y tejido graso que a veces forman como un faldón que cae sobre el pubis. Al mismo tiempo se pueden eliminar secuelas de estrías, cicatrices de apendicitis, etc… Una variante para casos más moderados se denomina “Miniabdominoplastia”. La operación conlleva una incisión entre ambas caderas, pasando por encima del vello pubiano de manera que la cicatriz queda escondida por el vestido de baño o ropa interior. 

3) Lipo-adbominoplastia: es un procedimiento quirúrgico que le permite al paciente obtener un abdomen plano y una silueta corporal estilizada; eliminando esa adiposidad localizada y el exceso de piel, mejorando la flaccidez y reparando la pared abdominal. Los mejores candidatos son: aquellos que, estando cercanos a su peso ideal, presentan flacidez en la piel del abdomen y una adiposidad localizada que no responde a ninguna dieta o ejercicio físico; pacientes con exceso de piel en el abdomen (delantal dermograso) debido a una pérdida masiva de peso; mujeres que, después de uno o varios embarazos, tienen dilatación irreversible de la piel y distensión de la musculatura del abdomen. También pueden presentar cicatrices pos cesarea que van a ser eliminadas con ésta cirugía.

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